¿Cómo gestionar el estrés en conductores en tiempos de coronavirus?
Abril 08, 2020 | Cargo Transport
El Perú está tomando una serie de medidas de índole preventivo con el fin de controlar el avance del coronavirus COVID-19, debido a que en otros países las consecuencias de no realizar acciones como el aislamiento social ha dado como resultado el colapso del sistema de salud y, por ende, el fallecimiento de muchas personas que se encuentran dentro del grupo denominado vulnerable.
Parte de las medidas tomadas frente al coronavirus incluye la continuidad del trabajo de las empresas que forman parte de la cadena de abastecimiento de productos de primera necesidad o los determinados por el Estado. Esto lleva a enfocarse en el sector transporte y, específicamente, en los conductores, quienes, por la dinámica de su trabajo cotidiano ya tienen una carga de estrés: largos períodos en la carretera, distanciamiento de su familia, el tráfico de la ciudad, accidentes de tránsito, alimentación no balanceada, horas de sueño entrecortadas y problemas de salud propios del sedentarismo, entre otros factores.
A esta situación ya presente, se añade la posibilidad de contagiarse o contagiar a otros el COVID-19. El miedo a esto podría hacer que se incremente el estrés ya existente, manifestándose en mayor irritabilidad, conflictos entre compañeros y/o clientes, ausentismo, disminución del desempeño laboral, temor hacia el futuro, preocupación por el bienestar personal y familiar, pérdida del empleo y otras consecuencias derivadas de medidas más restrictivas por parte del Estado, etcétera.
Por esto, un adecuado manejo del estrés frente a la coyuntura actual requiere un enfoque donde la empresa y el conductor se comprometan a desarrollar acciones preventivas que redunden en una estabilidad emocional del conductor. De esta manera, se evitará la disminución del desempeño laboral en una actividad de suma importancia para que la cadena de abastecimiento para todos los ciudadanos no se corte.
Algunas de las acciones que se pueden desarrollar bajo la supervisión del médico ocupacional o especialista en el tema son las siguientes:
1. Evitar el exceso de información o la desinformación sobre el desarrollo del COVID-19 en el país, para lo cual se recomienda escuchar noticias solo en horarios establecidos, desconfiar o no prestar atención a las redes sociales que generan miedo e inseguridad, procurar identificar la fuente de la información para corroborar los datos. Estar muy pendiente de las noticias genera mucha ansiedad y temor.
2. Realizar charlas específicas sobre el protocolo de ingreso y salida del hogar, higiene personal, nuevas formas de contacto personal (saludos), uso de protectores en el trabajo (mascarillas, guantes), desinfección del vehículo (la cabina). La empresa debe proveer los materiales necesarios para la ejecución de estas tareas.
3. Realizar evaluaciones periódicas del estrés del personal e identificar los factores de riesgo presentes.
4. Fomentar la práctica de hábitos saludables en los tiempos libres, como ejercicio físico, conversación con los amigos, pasar tiempo con la familia (en forma remota o presencial), etcétera.
5. Concientizar a los conductores acerca de la detección oportuna de los síntomas de la enfermedad y la canalización en forma adecuada a las instancias respectivas del sistema de salud, evitando la automedicación o la minimización de los síntomas. En este sentido, se debe de buscar la cooperación de los compañeros para la detección de posibles casos, a fin de que la atención sea oportuna y efectiva.
6. Implementar protocolos de seguridad e higiene en el lugar de trabajo y en la relación con los clientes y proveedores externos.
Finalmente, se debe precisar que el estrés es una respuesta natural que todos los seres humanos tenemos frente a un peligro potencial y, por ende, cuando el peligro es muy grande o no se conoce mucho sobre él, el miedo se instaura y genera conductas que afectan la salud de las personas y su desempeño laboral. Por esto, es importante disminuir el nivel de estrés con acciones concretas frente al peligro potencial.
Como empresa, recae en nosotros la responsabilidad de implementar medidas necesarias y oportunas que garanticen la integridad y seguridad de nuestros colaboradores, contribuyendo de manera eficiente y comprometida a enfrentar la coyuntura del COVID-19 por la que atraviesa el país.